
A David Generoso yo lo conocía como escritor y diseñador gráfico. Después me enteré de que también es narrador de contenidos, analista SEO y gestor de páginas web. Casi nada. Pero lo que más le gusta es escribir. Se formó en los talleres de escritura de Fuentetaja y en la Escuela de Letras de Madrid. Ha publicado varios libros de relatos y tiene varias novelas esperando en un cajón. En su blog da muy buenos consejos a escritores que empiezan e incluso a los que ya han empezado. Yo le he invitado a hablar más desde el punto de vista de diseñador, porque sobre su faceta de escritor ya le han hecho numerosas entrevistas. Me interesaba que compartiera algunas cosas sobre la maquetación y sobre cómo hay que entregar un libro, de lo que ya os hablé aquí. Él accedió muy amablemente, aunque siempre anda liado, como podéis imaginar.
¿Te describes a ti mismo como escritor o como diseñador gráfico?
La escritura siempre estará por delante de cualquiera de mis otras facetas, exceptuando la de padre. Aunque también te confieso que el diseño gráfico me da de comer y el rugido de las tripas y el rumor de los banqueros reclamándome la hipoteca a veces consiguen que se cuele por delante de la escritura.
En tu faceta de diseñador gráfico sé que maquetas muchos libros. ¿Qué parte del trabajo dirías que es la más difícil?
La parte más difícil es la comercial, o sea, la de venderme, aunque es cierto que desde hace un par de años le estoy cogiendo el tranquillo y es otra faceta más de mí que empieza a gustarme.
Una vez que me aceptan el presupuesto, el trabajo fluye solo. Son muchos años diseñando y maquetando libros, y sé por dónde me ando en cada momento.
En este blog intento ayudar a los escritores noveles a enviar sus manuscritos lo más limpios posible. Es decir, sin tabuladores, columnas que no vienen a cuento, tablas, cajas. El otro día me llegó un libro en Word en el que habían hecho una caja en cada página y dentro de esa caja había numerosas cajas con ilustraciones y otros textos. Tardé casi dos días en deshacer eso. ¿Podrías explicar por qué no hay que hacer eso, por favor?
Te noto algo frustrada con ese proyecto. Ja, ja, ja. La explicación es fácil: el programa Word es un procesador de texto, no una matrioska. Hay que limitarse a escribir. Nada de añadir elementos gráficos dentro de otros elementos gráficos para que se asemeje a la idea que tenemos del libro en la cabeza. Eso hay que dejárselo a los profesionales, que trabajarán en un programa de maquetación igualmente profesional.
Escribe la mejor historia posible en el Word. Y hazlo en bruto. Las florituras, para los floreros o, en su defecto, los diseñadores gráficos.
Gracias por decir esto, es lo que repito yo en posts y charlas. ¡Y sí, ese proyecto me frustró especialmente, ja, ja! ¿Qué parte de la maquetación es la que más te gusta?
Cuando envío el pdf final al cliente y me responde con un correo agradeciendo mi trabajo y que le haya guiado en su experiencia. La mayor parte de los escritores que me contactan están frente a su primera obra y lo desconocen todo. Encontrarse con alguien que les entiende, porque además de diseñador es escritor, los tranquiliza. Y eso a mí me hace feliz.
¿Es imprescindible maquetar un libro antes de publicarlo o se puede publicar directamente el texto de Word o de un pdf? ¿Podrías explicar por qué?
Es imprescindible si quieres publicar un libro decente. Igual que pasar por los lectores cero y contratar una corrección profesional. Si no haces ninguna de esas cosas, publicarás una especie de engendro. Oye, que lo mismo vendes unos cuantos ejemplares. Pero la experiencia de usuario con la versión en papel o con el ebook será tan desastrosa que no repetirán aunque escribas la novela española definitiva.
¿Te es fácil compaginar este trabajo con el de escritor? ¿Cómo te organizas?
Pues voy por rachas. Antes me levantaba a las 6:30 y escribía una hora antes de arrancar el día. Pero ahora mi cuerpo se niega, así que le robo tiempo al trabajo nutricional (que no es solo diseñador, sino también analista de SEO, narrador de contenidos y gestor de páginas web). Me siento a escribir a eso de las 8:30 y lo dejo a las 10:00. Si no lo hago así, los proyectos nutricionales me secuestran y ya no sé volver a la tarea roca, que en mi caso es escribir.
Y a lo largo del día, siempre que puedo, escribo: en el Metro, en la sala de espera del dentista, en la cola del supermercado…
¿Qué proyectos de escritura tienes entre manos? ¿Sigues con el reto de escribir un relato a la semana?
El reto lo dejé hace un par de años para centrarme en los microrrelatos y en la escritura de no ficción. A ese respecto, está a punto de publicarse Cómo escribir relato corto en MOLPE Editorial. Para mí es todo un honor formar parte de la colección de ensayos para escritores que está editando Ana González Duque.
También tengo entre manos un proyecto raro. A mí me encanta, pero no sé cómo lo recibirá el público. Yo lo defino como una novela microrrelatada o un microrrelato novelado. Espero que vea la luz a finales de 2022 o principio de 2023. Y, claro, otra colección de relatos siempre está dando vueltas por mi cabeza.
¡Qué bueno que vayas a publicar en MOLPE! Estaré atenta. En tu blog das muy buenos consejos sobre escritura, sobre cómo organizarse el tiempo, pero ¿qué consejos darías sobre cómo presentar un manuscrito a un maquetador? (Por cierto, ahora se dice maquetista ¿no? Yo siempre dije maquetador).
Maquetador, maquetista, el que pone bonito el manuscrito… Al final es todo lo mismo.
Un manuscrito debe enviarse en un archivo de Word lo más plano posible. Es decir, capítulos, cursivas, alguna negrita y poco más. Si el texto necesita diferentes formatos de párrafos (por ejemplo, una carta entre los dos protagonistas), que usen otra tipografía. Con eso es suficiente.
Algo importante y con lo que me encuentro mucho es dejar un retorno —o una línea blanca— entre párrafos. ¿Para qué? O peor aún: un tabulador al comienzo de cada párrafo. Que no hace falta. De verdad. La sangría de primera línea se aplica de otra forma y en programas de maquetación profesional. Entiendo que buscan que la apariencia en Word mientras trabajan sea lo más real posible, pero que se centren en escribir. Es lo único que importa. Menos es más.
¿Qué os ha parecido? ¿Conocéis la labor de los maquetadores? ¿Sabíais que hay que entregar el documento de Word con la menor cantidad de florituras posible? Por favor, si no me hacéis caso a mí, a pesar de que ya os lo conté en este post, haced caso a David. Menos siempre es más.
Fotografía © Lupe de la Vallina
Muy buena entrevista. Dejas claro tu oficio y con detalles desconocidos. Es obvio que sabes mucho del tema. Gracias por compartir tus conocimientos. La entrevistadora muy hábil.
¡Gracias por dejar este mensaje y mil disculpas por lo que he tardado en responder! He tenido un poco abandonado el blog. Creo que es interesante entrevistar a gente diferente de este oficio. Se aprende mucho de cada uno de ellos. Saludos